Un contacto de Facebook me escribe diciéndome, con respecto al una caricatura (ciertamente fuerte) que muestra al ejército israelí matando palestinos y reflejado en un espejo con uniformes nazis,
que “todo el mundo se cree ahora experto en un tema del que no tienen la menor idea”, que está “sorprendido sobre cómo se ha impuesto la muy bien financiada propaganda de Irán y Hamás”, y que “Ya nadie recuerda cómo comenzó esta guerra: con la masacre de más de 1200 personas, incluyendo niños y ancianos, que estaban en sus casas o en una fiesta juvenil “por la paz”; mutilados, quemados, violados, y además cientos de secuestrados, la mayoría aún en manos de Hamás, aunque muchos ya han sido asesinados también.”Bueno, pues aquí mi respuesta, que espero le pueda servir a alguien, porque yo ya estoy harto de ver tanta gente que es incapaz de reconocer que el conflicto palestino-israelí es un asunto complejo, imposible de ser reducido a términos sencillos de “bueno/malo”, ni de ser resuelto con medidas terminantes y simplistas:
Esta guerra comenzó en 1967, cuando Israel ocupó ilegalmente la Franja de Gaza, violando los acuerdos establecidos por la ONU en 1947.
Y no, no es que el pueblo israelí esté actuando de manera tristemente similar a los nazis: es el GOBIERNO israelí, comandado por el nefasto Netanyahu, quien lo hace. Muchísimas ciudadanos israelíes y muchísimos judíos en todo el mundo se oponen al abuso del poderío militar Israel para atacar no sólo a los asesinos de Hamás, verdaderos criminales, sino a la población CIVIL de Palestina.
Se trata de un conflicto donde no hay buenos y malos: AMBOS bandos son malos. Pero uno de los bandos tiene un poderío económico, político y militar tremendamente superior al del otro. Por ello, debería al menos obedecer los tratados internacionales sobre la guerra al usarlo. El Estado Palestino, dominado por Hamás, ha cometido crímenes espantosos e imperdonables. El Estado Israelí, también, pero multiplicados por 10.
Creer que uno de los bandos tiene la razón por encima del otro, o que tiene justificación para sus crímenes, es estar cegado.