Y sigue defendiendo a la película What the bleep?. Vaya.
Lo soprendente, además de su tenacidad, es que sigue mostrando confusiones elementales. Dice:
El dualismo cartesiano (mente versus cuerpo) lleva siglos de estar intoxicando al pensamiento científico moderno. Le ha hecho creer que el mundo que está afuera de la mente es materia inerte, carente de vida, sujeta a leyes predecibles y mecánicas, sin ninguna cualidad espiritual o animada.
Pero al parecer no se da cuenta de que el verdadero dualismo es el que separa los mundos de lo físico (la materia) y lo espiritual. Eso es dualismo. Los estudios científicos actuales sobre la mente son todo lo contrario de dualistas: plantean una explicación naturalista, materialista si se quiere, pero no reduccionista (o al menos no en el sentido tonto del término) del complicadísimo proceso mediante el cual, en múltiples niveles y como una serie de fenómenos emergentes, el cerebro da origen a esas manifestaciones de altísimo nivel que son la mente y la conciencia.
Y bueno, sigue usando frases como "esta nueva Iglesia científica y materialista", "Las mentalidades mecánicas y cartesianas producidas por el materialismo científico y su capitalismo concomitante"... Y cita -como si tuvieran algún sentido científico- frases del libro de What the bleep (sí, ¡hay un libro, y se vende!):
“El universo físico es en esencia no físico y puede provenir de un campo que es más sutil todavía que la energía misma, un campo que se parece más a la información, a la inteligencia o a la conciencia que a la materia”.
“Hay otra forma de pensar acerca del mundo, señalada por la mecánica cuántica: el mundo no es un mecanismo de relojería, sino un organismo, es algo orgánico, sumamente interconectado, que se extiende a través del espacio y del tiempo. De modo que, desde un punto de vista muy básico en lo referente a la moral y la ética, lo que yo creo afecta al mundo."
Lo dicho: mundos separados. Lo triste es que su visión de la ciencia moderna sea tan sesgada, y esté tan mal informada.
Por otra parte: no es que se trate de descalificar todo lo místico, ni la espiritualidad. Ni siquiera la meditación o la idea de que, mediante ella, uno puede mejorar su vida. Lo malo es equiparar eso con "ciencia", descalificar la ciencia que sí funciona objetivamente para sustituirla por una ciencia subjetiva, y creer -o al menos insinuar- que la mente cambia el mundo real de un modo mágico.
Se vale creer en la magia (pero no es una buena estrategia para resolver problemas). Se vale, por supuesto, no creer en la ciencia. Lo que no se vale es querer hacer pasar gato por liebre.