Un fragmento (pero mejor lean el texto completo):
Durante mucho tiempo he creído que el ateísmo es una especie de religión, pero al revés. Es decir, una postura que, por su militancia, constituía otro tipo de religión, sólo que en ese caso, de la irreligión. Los postulados acerca de la inexistencia de Dios me parecían tan carentes de validez y sobre todo de apoyos razonables y pruebas verificables, como los contrarios, es decir aquellos que se empeñan en demostrar la existencia de un Ser supremo o fuerza trascendente. Acabo de terminar de leer un libro que, sin embargo, podría hacerme cambiar de opinión. Se trata de un texto publicado hace tres años en Inglaterra por Richard Dawkins titulado The God Delusion.
El libro muestra de manera simpática y brillante cómo, de alguna manera, las creencias religiosas han ganado una respetabilidad social que no tiene fundamento racional, mientras que los argumentos ateos o agnósticos aparecen como agresivos e incluso socialmente peligrosos. Así que Dawkins desmonta, uno por uno, los argumentos religiosos y los muestra en su desnudez racional y lógica, con mucha ironía y sentido del humor.
En fin, que da gusto ver que alguien fuera del mundo de las ciencias naturales, y al mismo tiempo con autoridad en el campo del estudio de las religiones, comparta el juicio que muchos fans de Dawkins tenemos. ¡Y que se confiese convencido por su libro de confesarse plenamente ateo, no tímidamente "agnóstico"!
(por cierto, como complemento al libro de Dawkins, recomiendo ampliamente leer el mucho más moderado en su tono, pero igualmente contundente, Breaking the spell, de mi admirado filósofo Daniel Dennett, buen amigo y muchas veces cómplice de Dawkins (como cuando apoyaron el movimiento de los "Brights", en la caricatura aparecen juntos, Dennett es el de barba).
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1 comentario:
Es muy común en las pláticas sobre religión el clásico "si, pero respeta", como si decir que uno es ateo fuera irrespetuoso y como si la religión fuera "merecedora" de un respeto que nunca se ha ganado, ahí están la historia y los muertos para comprobarlo.
Ahora, cuando me preguntan si soy católico creyente, siempre respondo; -no, soy ateo practicante-
Un abrazo.
Mauricio
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